sábado, 5 de marzo de 2016

Desafíos para la igualdad en Cuba




Dra. Norma Vasallo en su intervención en el taller
Por Lisandra Chaveco Valdés
Aunque el principio de la igualdad entre mujeres y hombres se ha ido extendiendo en los últimos años hacia los diversos ámbitos del Estado y la sociedad cubana, aún persisten las brechas de género.

El camino hacia la equidad en la Mayor de las Antillas debe sortear todavía numerosos desafíos, aseguró la doctora Norma Vasallo durante la presentación de la Agenda de Desarrollo Sostenible aprobada por Naciones Unidas para el periodo 2015-2030.

En el encuentro celebrado en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” el 1ro de marzo pasado, la especialista refirió que el requerimiento de la igualdad constituye una condición necesaria pero no suficiente en el camino hacia la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

De acuerdo con la experta, son insuficientes las transformaciones promovidas en el espacio público y al interior de la familia en términos de redistribución de roles y niveles de participación.

“La cultura patriarcal continúa frenando el desarrollo de mujeres y niñas a través normas, costumbres, estereotipos, prejuicios, representaciones y categorizaciones sociales”, explicó.

Al respecto, la investigadora resaltó la baja presencia femenina en los espacios de toma de decisiones, en correspondencia con los niveles de calificación y desarrollo profesional alcanzado por las cubanas.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información del año 2008, las mujeres representan solo el 32,5 % de las y los profesionales con doctorados, el 32,7 % del profesorado titular y apenas el 39,1 % de las personas con cargos de dirección en el país.

“Los resultados son contradictorios si tenemos en cuenta que ellas constituyen el 61% de la matrícula correspondiente a la Educación Superior en igual periodo”, expresó Vasallo.

Sobre las condicionantes de tal realidad, la doctora hizo referencia a la sobrecarga doméstica que en la mayoría de los hogares corresponde a las mujeres.

Para la psicóloga, las responsabilidades no compartidas son las garantes de la presencia mayoritaria de las mujeres en plazas de nivel bajo o intermedio, donde los salarios y las condiciones de trabajo son inferiores a los puestos de primer nivel, ocupados generalmente por los hombres.

Otras cifras del año 2008 publicadas en el volumen “Mujeres Cubanas Estadísticas y Realidades”, reflejan que las juezas representan el 71,3 % del total, las fiscales el 73,7 % y los hombres son mayoría entre los abogados, una arista significativamente mejor pagada en el actual contexto profesional de la Isla.

Por otra parte, al cierre de agosto del pasado año las mujeres constituían solo el 29,9 % del personal en el trabajo por cuenta propia, un sector en ascenso y con un importe económico superior a la media.

Asimismo, la especialista resaltó que pese a lo pautado por la ley sobre el derecho de las cubanas a acceder a cualquier puesto laboral para el que se encuentren calificadas, la mirada cultural androcéntrica continúa limitando su ascenso profesional.

Antes de concluir su presentación, Vasallo llamó la atención sobre la necesidad de crear infraestructuras de servicios públicos destinados al “cuidado social” de personas dependientes, como una alternativa para disminuir la intensidad de la jornada de trabajo de las mujeres y contribuir a su salud y realización plena.

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